Por Brisa Santana, alumna egresada de la Tercera Generación del Centro de Danza y Producción Escénica de Baja California.
“The wide world is all about you: you can fence yourselves in, but you cannot for ever fence it out.”
- The Fellowship of The Ring, JRR Tolkien.
Recuerdo mis primeros días en el Centro de Danza: venía de la playa de Boca de Iguanas, roja como langosta, de haberme despedido de aquello que por los últimos cuatro años había sido mi todo. Al finalizar el primer semestre la quemada se olvidó y esta nueva gente ya era mi familia. Me sigue sorprendiendo lo rápido y fácil que aseguramos al grupo como espacio seguro, con toda confianza y disposición. Con este inicio se plantó en mí el crecimiento que iba a lograr en los próximos dos años; nunca dudé que éste fuera un lugar donde pudiera Ser. No aburriré detallando cada momento de cambio, cada “iluminación divina” y nuevo descubrimiento. Perdí cuenta de todos los veintes caídos y todas las veces que dudé de mis capacidades. Quiero agradecer a Lux Boreal por darme a mí y a mis compañeros este espacio de familia dentro y fuera de clases. Me han demostrado el lado humilde del mundo artístico, donde uno con su trabajo demuestra lo que es; me enseñaron la importancia de conocer la historia, estar al tanto del presente y visualizar el futuro. Con ustedes aprendí a creer en mí. Por primera vez me siento lista para explorar mi creatividad sin miedo a fallar. Ya entiendo que las cosas no salen perfectas a la primera- los procesos son largos y puede que nunca terminen, o que no funcionen... y está bien.
A mis compañeros les quiero decir que los amo por siempre, con ustedes comprendí que no estoy sola en este camino de vida, siempre habrá con quién compartir a donde sea que vaya. Encuentro a cada uno de ustedes en una parte de mi hoy, ya sea en una paciencia mejorada, en nuevos retos o en risas y buenos recuerdos. Siento que tengo mucho que decir, pero al mismo tiempo nada, porque creo que ya todo se ha dicho. Me gusta pensar que he hecho lo posible por ser honesta y entregarme a ustedes, tanto así que no hay nada que yo pueda decir ahora que no les haya demostrado antes. Esta última semana de gira fue toda una travesía emocional y física, y estoy tan feliz de que me tocó vivirla con ustedes. Para el último día decía estar ya más enfadada que triste, pero casi toda la función lloré o me tuve que aguantar las lagrimas, así que no me crean mucho. Extrañaré no tenerlos cerca todos los días y seguir creciendo juntos, pero no me siento muy mal porque el mundo es pequeño y aquí seguiremos.
Sigan cumpliendo sus sueños amiguitos; no olvidemos que cuerpo sólo hay uno y merece que lo cuidemos de todas las maneras físicas y metafísicas habidas y por haber.
En conclusión, nos vemos al ratito familia
Brisa Cálida de Los Cabos.
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